El cepillado de dientes de nuestros niños puede ser desde el momento más hermoso del día si lo compartimos junto a ellos armoniosamente como familia o puede ser también la pesadilla más grande para los padres cuando los niños no colaboran. ¿Y de qué depende esto? se preguntarán, todo va a depender de la correcta implementación de hábitos en edades tempranas que logremos hacer y el ejemplo que logremos dar a nuestros niños. 

Debido a estas razones, se recomienda que el cepillado dental empiece con el primer diente del niño para poder introducir el cepillo, la pasta y la rutina de lavado adecuadamente. Si lo hacemos desde sus primeros meses, con un momento de tranquilidad al menos tres veces al día, con canciones, juegos, juguetes, amor y con técnicas de cepillado adecuadas el niño sentirá mucho placer y bienestar al momento de su lavado.

Es muy importante que esta educación neurofuncional se dé en edades tempranas y sea adaptada totalmente a su rutina diaria. 

– Ana Maria Cabezas –

Existe una edad que marca el desarrollo de nuestros niños, cuando empiezan a decir “yo solito” o pensar que todo es para ellos. Los indicios de querer ser independientes muchas veces traen consigo algunos problemas para los padres. Durante los dos y tres años de edad, muchas veces la limpieza de sus dientes y boca se complican por el grado de independencia que ellos desean tener, ahí es cuando las mamás acuden a los odontopediatras en busca de soluciones, consejos y tips. Ellos buscan sobre todo ayuda para poder revisar que no existan piezas dentales con caries por una falta de higiene adecuada durante esta compleja etapa de desarrollo. Debemos recalcar la importancia de implementar hábitos correctos, tanto de higiene oral como alimenticios durante esta época.

Hábitos dentales en Familia

Para lo cual, la rutina implementada con mucho amor, respeto y disciplina será siempre la mejor manera para aliviar inconvenientes típicos de ésta edad.

Dra. Ana María Cabezas

La limpieza debe ser realizada como mínimo dos veces al día de manera consciente e involucrando el tiempo necesario para una higiene total. Se debe recalcar que la higiene nocturna es la más importante. Esta debe ser realizada con cepillo suave para niños según su edad y sus habilidades motrices. En cuanto a la pasta dental a utilizar, debe ser elegida con ayuda de un especialista en odontopediatría para poder distinguir cuál es la necesidad del niño y cuáles son sus habilidades para escupir. Entendiendo que cada niño es un mundo diferente por lo que sus habilidades manuales motrices y de escupir son únicas y que los gustos de sabor de la pasta también serán de cada niño. 

Un tema controversial, es el uso y cantidad de flúor que debe tener la pasta dental para los niños, puesto que son muchas las escuelas internacionales de odontopediatras y cada una se basa en estudios e investigaciones distintas. Las evidencias científicas más recientes sugieren que el efecto cariostático o de detención del proceso de caries de los fluoruros ocurre más con una acción tópica frecuente y diaria que por acción sistémica y se logra mayor efecto con una buena higiene oral. Por lo cual, el uso de flúor diario siempre tendrá un beneficio de alto grado de valor en la higiene de nuestros niños.

La Sociedad Europea de Pediatría “recomienda el uso diario de flúor como principal programa de prevención para el control de las caries en los niños”, sin embargo, su aplicación debe ser realizada responsablemente. A medida que el niño vaya creciendo, aprenda a escupir y sus necesidades sean mayores se puede implementar en su higiene diaria el uso de productos que contengan flúor con una dosificación adecuada. 

El periodo de 15 a 30 meses de nacido, el niño atraviesa la venta de susceptibilidad con un mayor riesgo de contraer caries debido a que su esmalte está en formación y sus hábitos usualmente no son los correctos por lo que el flúor es totalmente necesario.

Para menores de cuatro años en cambio, sus primeros incisivos y molares permanentes están en un proceso de calcificación y maduración, por lo que el exceso de flúor puede causar manchas dentales en este periodo de vida, es aquí donde el manejo de la dosificación de la pasta es muy importante. De esta manera, se hace totalmente necesario que el uso de fluoruros profesionalmente y cuidadosamente supervisado por padres de familia y cuidadores para prevenir en edades tempranas la presencia de caries sin riesgos a efectos colaterales.

En nuestra consulta, se explica a los padres cuál es la dosis o cantidad de pasta dental que se debe usar según la cantidad de dientes presentes en la boca del niño. La recomendación empieza desde el tamaño de medio grano de arroz primero, un grano de arroz a medida que van erupcionando más dientes y después del tamaño de una lenteja cuando sus molares se encuentran en boca. El cepillado debe ser totalmente supervisado hasta por lo menos los 7 años de edad, podemos dejar que el niño lo realice primero y después un adulto termine su cepillado.

Otra de las interrogantes que traen los papás a consulta es la concentración de flúor que deben tener las pastas, importante sea al menos 1000 PPM de concentración de flúor en la pasta para que tenga un efecto preventivo contra los procesos de desmineralización dental. 

Existe también el flúor de aplicación profesional en el consultorio odontológico, tanto en gel como en barniz. Es importante que los padres sepan que este debe ser aplicado en casos indicados de 2 a máximo 4 veces al año, siempre con una eliminación de depósitos de placa dental previa a su uso, que jamás se debe exceder de la dosis tóxica probable y que debe ser utilizada con la técnica correcta para así ejercer un efecto saludable y positivo en los dientes de nuestros hijos.

En cuanto al uso del hilo dental, se aconseja que su presentación al niño sea en edades tempranas, sobre todo si sus dientes no tienen espacio entre ellos en manera preventiva para que se acumule comida y para crear el hábito en su rutina. Lo mejor es que padres o cuidadores den el ejemplo de su uso para que los niños mediante la curiosidad tengan una cercanía al hilo dental.   

Tener el conocimiento básico sobre cómo debe ser el cuidado de su salud bucal nos convierte en padres responsables y empoderados para poder tener entre nosotros las verdaderas ¡generaciones libres de caries! Apoyarse de profesionales especialistas humanos y que tengan una comunicación abierta será lo mejor para una crianza responsable, respetuosa y muy cercana. 

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Recuerda siempre, “el conocimiento es poder” como lo dijo Francis Bacon, pero es aún más poderoso cuando lo ponemos en práctica. 

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